No hay noticia más trágica en el mundo del deporte que perder a uno de sus profesionales. Lamentablemente, el jugador de rugby Alex Evans falleció como consecuencia de un infarto el pasado sábado en el partido entre el Cwmllynfell RFC y el Crynant en Gales.

Evans se disponía a hacer una carrera cuando cayó al suelo súbitamente, con la consiguiente preocupación entre los asistentes. Los servicios médicos llegaron pronto a la posición del jugador, pero no pudieron recuperar sus constantes vitales, algo que hubiera sido posible con la ayuda de un desfibrilador.

El estadio en el que se jugaba el encuentro no disponía de uno y la polémica azota ahora al Reino Unido, con quejas por la precariedad y falta de elementos que faciliten a la asistencia médica de urgencia en recintos deportivos.

Según ha publica 'National Wales', periódico local, Gales tiene uno de los peores ratios de supervivencia en caso de sufrir un infarto fuera de un hospital, lo cual enciende aún más el debate.

Desde el Parlamento se pretenden incorporar desfibriladores en todos los perímetros deportivos de Gales en un futuro cercano, aunque de momento es solo una propuesta que queda por ser aprobada.

La muerte de Evan puede causar un antes y un después, aunque ya ha dejado a todos sus compañeros e integrantes del club marcados de por vida. "No hay palabras para describir lo de hoy. Hemos perdido a un hermano en el campo y duele mucho. RIP Alex, todo el club y la comunidad están conmocionados y tristes. Vuela alto hermano, vuela alto...", dice el club en un mensaje escrito en sus redes sociales.