El galés Mark Williams, de 43 años, conquistó su tercer título mundial de snooker, tras los conseguidos en 2000 y 2003, al derrotar al escocés John Higgings en la final por 18-15. Un triunfo por el que tuvo que cumplir una curiosa promesa.

Y es que el extrovertido Williams, que no ganaba un evento del circuito desde hace siete años y que, incluso, no se había clasificado para la Copa del Mundo del pasado año, había prometido que si lograba levantar el Mundial en el Crucible Theatre de Sheffield se desnudaría en la rueda de prensa posterior.

El campeón más veterano en esta modalidad de billar -desde que Ray Reardon lo consiguió en 1978 con 45 años- cumplió su palabra y apareció en la sala de prensa sin camiseta y sólo con una toalla que le cubría el tren inferior ante la incredulidad y la admiración de los cientos de presentes.

"Hace fresco por aquí, ¿no?", dijo, entre risas, el campeón tras personarse semidesnudo en la habitación. Se sentó en la silla y mientras le pedía a los medios que no se acercaran mucho y no grabaran demasiado cerca, se quitó la toalla y protagonizó un desnudo integral que ya se ha vuelto viral en redes sociales.

"Hace 12 meses pensé en dejarlo todo y ahora estoy aquí, haciendo una entrevista desnudo después de ganar el Mundial de 2018. De hecho, si gano el del año que viene prometo aparecer en la sala de prensa desnudo y haciendo piruetas", aseguró.

"Voy a salir y disfrutar la noche. Cuando gané la última vez, me tomé un vaso de leche y me fui a dormir temprano. Ahora va a ser muy diferente: va a ser de día cuando me vaya a la cama", prometió Williams.

Y cumplió, ya que a las 11 de la mañana confirmó, también a través de Twitter, que se había despertado y que tenía una "resaca" que le hacía sentirse "hecho una mierda".