El Gobierno de Nepal ha propuesto llevar a cabo cambios en el proceso de permisos para los escaladores que deseen subir el monte Everest como consecuencia de las once personas fallecidas en octubre de 2019 cuando pretendía subir al pico más alto del mundo.

Las autoridades nepalíes han defendido que los escaladores deben presentar pruebas que acrediten que han escalado al menos un poco de 6.500 metros en Nepal. Los aspirantes a subir al Everest deberán también presentar un certificado médico que avale su buena salud. En cuanto a los guías deben contar con al menos tres años de experiencia organizando escaladas de gran altitud.

La propuesta del Gobierno de Nepal ha producido escepticismo en algunos escaladores veteranos del monte Everest, quienes critican su ineficacia ante la creciente tendencia de montañeros inexpertos que se unen a grandes grupos con el fin de alcanzar la cima más alta de la cordillera del Himalaya, situada a unos 8.850 metros de altura.

"He visto esta película tantas veces que es totalmente predecible", dijo Alan Arnette, quien en 2011 se convirtió en el montañero estadounidense más veterano en alcanzar la cumbre del Everest. "Todos los años desde 2013, algo sale mal y las autoridades anuncian nuevas reglas que nunca imponen", ha añadido.

Once escaladores murieron en el monte Everest en 2019. Muchos perecieron cuando, acuciados por las prisas de escalar cuando había un corto periodo de buen tiempo, se produjo un embotellamiento cerca de la cumbre.

Nepal ha otorgado permisos de escalada a cualquier persona que abonase los 11.000 euros que cuesta la tarifa. Este año, las autoridades del país entregaron 381 pases, cifra récord, que junto a los sherpas y los guías, situó en más de 800 el número de personas intentando alcanzar la cumbre al mismo tiempo.