Gastelum llega al pesaje y parece preocupado... su cara lo dice todo. Va tan justo que debe desnudarse por completo para intentar no pasarse del límite de los pesos medios: 84 kilos.
Pero al subir a la báscula comienzan las dudas... el peso no se estabiliza, parece que está por encima... y misteriosamente, cuando vuelven a comprobarlo, lo ha conseguido. Y él y su entrenador comienzan a festejarlo.
Un efecto óptico con el que nos engañaron a todos porque al apreciarse otra toma, se ve cómo el entrenador se da la vuelta y, disimuladamente, pone su pecho debajo del codo para 'perder' esos 500 gramos.
El milagro duró poco, porque Kelvin Gastelum será sancionado y además perdió la pelea.