Tiene 34 años, en 2018 fue elegido 'Atleta del año' y posee el récord mundial de maratón con 2:01:39. Pero Eliud Kipchoge está por encima de todo eso. Está por encima de la historia -de su historia-, de la lógica y de la física, porque este sábado se enfrenta en Viena a un reto imposible: bajar de las dos horas en una maratón.

Hoy, antes de posar y publicitar una mirada que solo denota seguridad, ha hablado: "Intento estar calmado, esta marca significa mucho para mí y para mi continente, África, para dejar claro que no hay límites, que las fronteras las marca la mente", ha afirmado el corredor en rueda de prensa.

¿Los límites? Solo los conoce él. ¿Las posibilidades? Solo las conoce él. Una batalla que librará Kipchoge contra Kipchoge a lo largo de 42 kilómetros en los que el ser humano, nunca en la historia de la humanidad, bajó de las dos horas.

El atleta que solo ha sido derrotado una vez en trece maratones, el fondista que tiene el récord del mundo y el icono que ha renunciado al Mundial de Doha por este desafío, se calzará las zapatillas dentro de 48 horas y mirará lo que tiene por delante: tres Kipchoges en uno para alcanzar el cielo.