Jon Rahm sigue lo pasos de Tiger Woods y se mantiene fiel al PGA Tour. En los últimos días, el circuito americano ha empezado a sufrir los efectos de la llegada del LIV Golf Invitational Series, una nueva liga que tiene el respaldo económico de Arabia Saudí y que cuenta con ocho torneos diferentes.

La competición está haciendo mella en el circuito americano, ya que algunos golfistas importantes como Sergio García, Dustin Johnson o Phil Mickelson ya han confirmado su presencia, renunciando directamente al PGA Tour.

Sin embargo, Rahm es una de las notas discordantes y continuará con su participación en el circuito más prestigioso del mundo del golf. A pesar de estar centrado en defender su título en el US Open, que dará comienzo mañana jueves en el mítico The Country Club de Brookline, el español ha aprovechado la ocasión para repasar la actualidad deportiva, siendo imposible no dirigir la mirada hacia la nueva rebelión que están llevando a cabo algunos golfistas, apostando por la nueva Superliga saudí y sus cuantiosas ganancias, con un calendario mucho menos apretado.

El conocido como el 'León de Barrika' declaró su amor y su apoyo al circuito estadounidense. "Considero que el PGA Tour ha hecho un trabajo increíble brindándonos la mejor plataforma para que podamos jugar. Veo algunos de los, lo diré con delicadeza, puntos o argumentos que pueden hacer que algunos profesionales prefieran el LIV Golf pero, parte del formato no me atrae mucho. Tres días para mí no es un torneo de golf, y sin corte. Es así de simple. Quiero jugar contra los mejores del mundo en un formato que ha existido durante cientos de años", apuntó.

Al igual que Tiger Woods, el dinero no le ha hecho caer en la tentación de participar en esta nueva competición: "Sí, el dinero es genial, pero cuando mi esposa Kelley y yo vimos lo que pasaba y empezamos a hablar de ello, pensamos: ¿cambiaría nuestro estilo de vida si gano 400 millones de dólares? No, no cambiará nada".

Aunque confesó que entiende a sus compañeros de profesión que optan por recibir unas insultantes cantidades de dinero: "No me sorprende. Quiero decir, cientos de millones de dólares son una muy buena razón para que la gente decida jugar allí".

"Veo muchos comentarios al respecto, pero la gran mayoría de la población, si te ofrecieran 100 millones o más por los próximos cuatro años, seguro que mucha gente iría, ¿cierto? No me sorprende la cantidad de jugadores que han reclutado. Durante la retransmisión lo único de lo que tenían que hablar es del hecho de que si Charl Schwartzel ganaba, se llevaba 4.7 millones de dólares", señala.

El español se siente afortunado de poder vivir de la que es su gran pasión desde pequeño: "Considero que gano mucho dinero haciendo lo que hago".

Tanto es así, que se mostró muy orgulloso por su exitosa carrera deportiva, independientemente de sus ganancias: "Podría retirarme ahora mismo con lo que he hecho y vivir una vida muy feliz y no volver a jugar al golf. En realidad, nunca he jugado por razones económicas. Lo hago por amor a este deporte y quiero que sea contra los mejores del mundo. Siempre me ha interesado la historia y el legado, y en este momento el PGA Tour posee todo esto. Hay un significado cuando ganas ciertos torneos y eso me importa mucho. Después mi victoria en el pasado US Open, solo Tiger y yo hemos ganado en Torrey Pines".

"Mi corazón está con el PGA Tour", sentenció contundentemente. Aunque reconoció que durante "los próximos tres o cuatro años", las ofertas que ofrecen desde Arabia Saudí pueden formar parte del "plan de jubilación" para algunos golfistas.

Su compatriota Sergio García ya aceptó estas condiciones, pero Rahm no ha hablado de este asunto con él: "Cero. No es asunto mío. Pero ha dado al golf, al European Tour y al PGA Tour 20-25 años de su vida. Si su decisión es ir a jugar allí, disputar menos eventos y disfrutar, es su decisión. No es mi trabajo juzgar", destacó.

Jay Monahan, actual comisionado del PGA Tour, fue muy contundente en sus amenazas a los golfistas que decidieran abandonar su circuito, con sanciones muy duras y también la posible suspensión a los jugadores por parte de Europa que quisieran participar en la Ryder Cup.

"Espero que la Ryder Cup no sufra. Creo que es el mayor atractivo que tiene el golf para atraer a nuevo público, y yo me lo pasé muy bien con Sergio en el campo y en la previa de París. Espero que no se pierda la esencia de lo que es la Ryder Cup. Esa es una de mis mayores preocupaciones, para ser honesto", señaló.

"Es un evento en el que todos jugamos gratis y es una de nuestras semanas favoritas, ganemos o perdamos. ¿Van a poder jugar la Ryder Cup o no, los jugadores que han dejado el Tour? En mi opinión, Sergio, incluso si no está entre los 90 primeros, es una elección obvia, ¿verdad? Entonces, ¿qué va a pasar?", se cuestionó el español.

Dejando a un lado el tema que tiene revolucionado al mundo del golf, 'El León de Barrika' asegura ir muy tranquilo al Abierto de Estados Unidos a pesar de ser el actual campeón: "No hay una presión adicional por defender el título".

"Quiero ganarlo otra vez. Me ponía una presión que me quité cuando gané este primer 'major'. Es fácil pensar que necesitas jugar un golf perfecto, y recuerdo haber visto mis jugadas destacadas del domingo del año pasado, y pensé que jugué una de las mejores rondas de mi vida. Y seguí pensando, y no puedo creer cuántos bunkers en la calle cogí, cuántos greenes fallé y cuántos putts se me fueron. En un US Open necesitas todo. Tienes estar bien con el driver, con los hierros, hacer chips, patear bien... Creo que tu mayor aliado aquí es la fuerza mental, y eso es lo que necesitas", concluyó.