Mario Smolinisky llegó a Estados Unidos en octubre de 1963 con cuatro dólares en el bolsillo. Tenía 17 años. Llegaba a Los Ángeles procedente de Argentina, sin saber una sola palabra de inglés y sin estudios ni formación. Pero lo que son las cosas. Este inmigrante americano decidió tirar por la borda tópicos y prejuicios, o simplemente jugar con ellos, y se puso a trabajar por las calles angelinas durante 10 años, como barrendero, cobrando un dólar la hora. Así hasta que la intuición y los pocos ahorros le llevaron a fundar una tienda de ropa, negocio donde a su vez contrató inmigrantes y que le permitió seguir 30 años más en su 'sueño americano'.

¿El objetivo? Dar a la familia que fue formando una vida mejor, ni más ni menos. Y ahora, su hijo Alan Smolinisky, un empresario emergente americano que estudió en la Universidad de California y que recientemente se ha convertido en propietario del equipo de béisbol de Los Ángeles Dodgers, escribe una emotiva carta en la revista 'Time', donde da a conocer la historia de su padre y le manda el siguiente mensaje:

"Papá llamó un día de mayo de 2016 para indicarme que fuera a su casa de inmediato. Cuando llegué allí me dijo que tenía cáncer. Luego nos sentamos juntos en silencio; dos tipos que nunca dejaron de hablar, por una vez no tenían nada que decir. Unos meses después, mi hijo y yo recogimos a papá y nos dirigimos directamente a nuestro lugar favorito en la tierra, el Dodger Stadium. Fue perfecto. Hablamos sobre la increíble historia de nuestro equipo. Sabía que papá estaba muy débil. Solo duró un par de 'entradas', pero tuve que estar allí con él por última vez. En octubre de ese año, papá falleció en mis brazos. Mi héroe y modelo a seguir, el padre más amable y amoroso que un niño podría tener.

Recientemente, me convertí en propietario del Dodger Stadium".

Una emocionante historia que rompe barreras, fronteras y muros. Y que inevitablemente hará a Donald Trump ver que en el histórico estadio de Los Ángeles Dodgers, además de estrellas, perritos calientes y 'home run', también hay un hijo de inmigrantes. En concreto, el dueño de todo aquello.