La imagen curiosa de la semana nos llega desde Lanzarote. Un hombre optó por bañarse en una playa de la isla de madrugada para no ser pillado por las autoridades, pero la Guardia Civil le vio y fue a detenerle.

El bañista se lanzó a nadar y huyó entre las rocas hasta que los agentes le perdieron la pista. En realidad, el hombre logró llegar a una cueva y permaneció allí a la espera de que se fuera la Guardia Civil.

Su mujer incluso llegó a denunciar su desaparición, pero, al día siguiente de los hechos, el hombre apareció y fue multado por desobediencia a la autoridad.