Hace siete años, en el mismo escenario donde ha escrito su propia página en la historia del surf, Maya Gabeira casi perdió la vida. En una fuerte caída, la surfista quedó inconsciente, se fracturó un tobillo y tuvo daños en la columna.
"Vi como se daba el primer golpe, pero en el segundo ya no la volví a ver", explicó su rescatador tras el accidente. "Estaba todo blanco, no veía nada", señaló la brasileña, que tuvo que pasar varios años de recuperación hasta volver a hacer historia.
En Nazaré (Portugal), Maya logró surfear una ola de 73,5 pies (22,4 metros), logrando el récord de la ola más grande jamás surfeada por una mujer, además de ser la más grande surfeada en toda la temporada, quedándose a tan solo siete pies de ser la más grande de la historia.
La WLS validó el récord tras estudiar el caso, de manera que rompe el establecido anteriormente, también por Maya Gabeira, de 68 pies (20,72 metros). Además, ya figura como uno de los récord Guinness registrados en 2020.