Márkó Csollák, un joven jugador húngaro de 18 años de hockey sobre hielo, logró anotar su primer gol en un partido de la liga nacional y, al celebrarlo, rompió uno de los cristales de protección de la pista.

Tras anotar el tanto se abalanzó contra el vidrio y, para sorpresa del jugador, este no soportó el impacto y se quebró en mil pedazos. Al romperse, Csollák cayó de espaldas fuera de la pista.

El incidente ocurrió donde se encontraba uno de los fotógrafos del partido, Szcs Attila, que logró así inmortalizar el momento. "La fotografía del año", aseguró la liga internacional de hockey sobre hielo de Hungría.

Finalmente, el jugador húngaro salió ileso y se reincorporó rápidamente al partido. Su equipo, el MAC HKB Ujbuda, logró ganar en la prórroga al Fehervari Titanok con un 4-3.