"Estoy entrenando en una habitación llena de humo con los ojos cerrados", cuenta Nik Wallenda, que cruzará un volcán activo sobre un alambre que no puede colocarse mucho tiempo porque los gases acabarían destruyéndolo.

Se llama Nik Wallenda y está a pocas horas de intentar un reto temerario: cruzar un volcán en activo sobre un alambre… y sin ninguna sujeción. "Estoy entrenando en una habitación llena de humo con los ojos cerrados, con una máscara de gas y con viento que expulsan máquinas", cuenta el protagonista.

550 de metros de volcán, sobre un lago de lava. "Si algo sucede estoy preparado para quedarme colgado del cable y esperar la ayuda", explica Wallenda, que llevará a cabo este reto sin ningún tipo de seguridad.

Se enfrentará a gases y temperaturas inhumanas. "Cualquiera pensaría que para un equilibrista lo mejor es no tener viento, ni gases… Para mí todo eso le añade drama y emoción", relata un Wallenda que quiere convertirse en la primera persona en cruzar un volcán activo.

En el volcán Masaya, en Nicaragua, intentará recorrer los 550 metros de su cráter: "El miedo lo convierto en respeto".