La selección española de rugby vio cómo la clasificación para el Mundial de Japón 2019 se le escapó de ente los dedos al perder en Bélgica contra los diablos negros por 18-10, tras un choque en el que nada salió como estaba previsto. El XV del León tendrá que ir a la repesca contra Portugal y si se gana este partido medirse en el 'playoff' ante Samoa. El vencedor completará el grupo A.

El equipo español tuvo una buena salida al campo y en los primeros minutos su empuje y agresividad desbordaron a la defensa de los diablos negros belgas llegando muy cerca de la línea de ensayo. Pero fue un espejismo y se cambiaron las tornas porque Bélgica adelantó líneas, aumentó su nivel defensivo y comenzó a dominar a un XV del León sin ideas.

Con el balón más cerca de la línea de 22 española el primer mazazo llegó como consecuencia de un golpe de castigo que transformó Vincent Hart para inaugurar el marcador, 3-0 min.20. Cuatro minutos más tarde llegó el 6-0. De la misma manera, golpe de castigo que Hart tira a palos con eficiencia.

El equipo español se tomó estos dos reveses como una cuestión de mala suerte y siguió sin reaccionar, sin crear peligro, sin dominar el balón. De hecho ese fue uno de los problemas del equipo español, lo poco que le duró la posesión del oval y lo mucho que tardó en recuperarlo, dejando a los diablos rojos dar la sensación de dominio, que se fue acrecentando conforme pasaron los minutos.

Otro golpe de castigo, en el minuto 29, significó una nueva transformación de Hart (9-0) y para colmo de males, dos minutos después, David Barrera no pudo hacer lo mismo en su tiro a palos tras el primer golpe de castigo. Dio directamente en el palo izquierdo. Todavía hubo otro golpe de castigo y otra transformación de Hart (min.37) para cerrar el marcador en 12-0 para los belgas antes de ganar el vestuario.

En la reanudación hubo cambios y David Barrera volvió a fallar otro tiro a palos en el minuto 3, aumentando la ansiedad de los jugadores españoles, que intentaron retomar su plan de partido inicial, que no pudo ser puesto en práctica en los primeros 40 minutos.

Las imprecisiones, el nerviosismo, la falta de rapidez en la defensa y la de contundencia en las acciones, sustituyó al juego a la mano, a la brillantez en ataque y a la efectividad en defensa de otras ocasiones.

El sueño mundialista pareció más lejos que nunca hasta que el empuje del ataque español propicio el ensayo de Gauthier Gibouin y la transformación posterior de Mathieu Peluchon en el minuto 70, 15-7.

Con menos de diez minutos por delante, el XV del León recurrió a la épica, a la fuerza, a la fe y un golpe de castigo transformado a palos de Peluchon, en el minuto 76 (15-10), aumentó ese sentimiento. Pero Hart volvió a aparece y transformando su sexto golpe de castigo subió un 18-10 en el marcador que ya fue un muro insalvable para los leones.

Los jugadores españoles protestaron al árbitro al final del partido, incluso con malas maneras y casi hubo tangana. Los diablos negros festejaron la victoria como si hubieran ganado el mundial, aunque nada se jugaron.