Era una situación límite. Bajando a 270 km/h en picado, a este paracaidista se le enredan las cuerdas del único artefacto que le puede salvar de una muerte segura.

Para él y su mujer era un día más de aventuras en el aire. Estaban incluso preparados para filmar su experiencia con cámaras incorporadas en sus indumentarias, pero lo que no sabían es que iban a vivir y captar una situación tan impactante y de sumo peligro.

La pareja saltó desde una avioneta a 4 kilómetros de altura, ambos disfrutaron de la adrenalina del momento hasta que decidieron abrir el paracaídas. El de ella funcionó a la perfección, pero el de su novio trajo problemas.

Desde su cámara se ve como luchó por conseguir desenredar las cuerdas que impedían el efecto de frenado en el aire, mientras que desde la de su chica, como perdía el control y giraba sobre si mismo, haciendo evidente la desesperación del momento.

Finalmente consiguió lo que parecía imposible y todo quedó en un susto, pudiendo aterrizar por su propio pie y sin daños que lamentar.