Ser favorito, o muy favorito, no garantiza ganar. Eso le pasó a Irlanda, que se dio un tremendo batacazo en el Mundial de Rugby ante una Japón que se mostró fuerte en defensa y que tuvo en su público un valor tan grande como su propio equipo. Los nipones vencieron 19-12 a los irlandeses con perseverancia y orden táctico.

A pesar de que el primer acto fue un intercambio de golpes, con u nespectacular primer ensayo irlandés obra de Garry Ringrose, el segundo tiempo fue decantando la balanza a favor de Japón. Los asiáticos, con una defensa extraordinaria y una velocidad inusitada en ataque, abrieron hueco mientras su afición iba viendo que la gesta iba pasando de probable a posible y finalmente en realidad.

En el minuto 58 llegó el primer ensayo nipón, con una posterior conversión de Tamora que puso a los japoneses por delante con un 16-12. Hasta entonces fueron por detrás, pero ese momento fue fundamental para llevar la locura a una grada que se metió de lleno en el partido.

Con Irlanda volcada, y desesperada, los japoneses aprovecharon para aumentar la distancia. Fukuoka se lanzó al contragolpe para provocar una melé celebrada como un ensayo por jugadores y público.

Los japoneses, con su segunda victoria en el torneo, se sitúan primeros del Grupo A con 9 puntos, y se podrían clasificar por primera vez a una fase final de una Copa del Mundo.