Los ataques con drones son la mayor amenaza para el Dakar 2020. El pasado sábado, dos de las mayores refinerías de petróleo de Arabia Saudi fueron bombardeadas.

Allí se disputará el próximo año el rally más duro del mundo, una prueba en la que, si nada cambia, podremos ver a Fernando Alonso.

El asturiano ha conocido las exigencias de una carrera en el desierto, pero al Dakar habrá que añadirle el peligro de un posible ataque, porque la caravana podría estar expuesta en cualquier punto del recorrido.

Los drones son aparatos controlados a kilómetros de distancia y que pueden alcanzar una velocidad de casi 300 kilómetros por hora.

El terrorismo y los enfrentamientos armados en África obligaron a trasladar la prueba a Sudamérica a partir de 2009. Ahora, el Dakar llega a Arabia Saudi bajo alerta por el riesgo de ataques.