La potencia de un motor a reacción de un Eurofighter, un caza de última generación, y, además, un cohete. Es el equipamiento de un coche para intentar romper el récord de velocidad.

El objetivo del Bloodhound es algo casi imposible: llegar a los 1.600 km/h. La primera prueba de contacto tuvo lugar en Inglaterra, donde alcanzó los 320 km/h.

Era solo la puesta en marcha, el primer test llega en el Desierto del Kalahari, en Sudáfrica. Una superficie limpiada a mano para evitar posibles contratiempos.

16.500 toneladas de rocas retiradas para dejar una pista perfecta. Un trazado donde exprimir unas ruedas de aluminio macizo que pesan 90 kg.