A falta de siete carreras para el final del mundial de MotoGP, la parrilla se traslada a Japón. Allí, en la casa de Honda, Marc Márquez espera conseguir "algo bonito" para los aficionados. Y es que no está siendo una temporada buena para él, condenado por el bajo rendimiento de su moto.

Quizá su último servicio a la marca, ya que los rumores sobre una salida a Gresini siguen creciendo según avanzan las carreras. Ninguna de las partes ni confirma ni desmiente nada.

"Motegi es siempre una carrera especial, sobre todo cuando eres piloto de Honda. Hemos tenido muchos momentos memorables allí en el pasado, ganando campeonatos, volviendo a la pole el año pasado, así que espero que podamos hacer algo bonito para dar a los aficionados una razón más para animarnos", ha expresado el de Cervera en la previa.

El objetivo sigue siendo "mejorar". No están en Honda para buscar ningún rendimiento concreto a pesar de las buenas sensaciones que tuvieron en La India, donde Marc incluso se llegó a acercar al podio.

"Las condiciones en Motegi suelen cambiar mucho, así que tendremos que adaptarnos a medida que avance el fin de semana, pero nuestro objetivo general sigue siendo el mismo: progresar de forma constante y conseguir el mejor resultado posible", ha sentenciado el ocho veces campeón del mundo.

En casa de Honda, en Motegi, el equipo tendrá un fin de semana especial. Pero también muy exigente. Porque no se puede fallar ante su público y la decisión de Márquez de continuar o no podría depender de estas últimas siete pruebas.