Su sobrecogedor accidente dejó helados a muchos. Raül Torras reconoce que después de un golpe así "siempre te quedan fantasmas en la cabeza", fantasmas que está dispuesto a dejar atrás.
En tres semanas vuelve a Macao, al lugar del accidente. Un golpe que ha analizado miles de veces y que ahora explica: "Iba demasiado pegado al interior, le di con el hombro y descompensó y me fui afuera".
Su hombro quedó tocado, no como su cabeza, que quedó intacta gracias al casco. Su ilusión por competir es superior a todo lo demás, algo que es lo que le hace "feliz".