Los fuertes vientos y los pequeños tornados son algunos de los problemas a los que se enfrenta el 'Bloodhound'. Cualquier ráfaga de viento a esa velocidad puede resultar fatal.

Ya ocurrió en el récord logrado en 1997. El piloto de aquella prueba, Andy Green, el mismo que pilotará el nuevo prototipo, alertó de los problemas del viento.

No solo eso, la superficie es vital, un total de 16.500 toneladas de roca quitadas a mano. Pero los primeros problemas ya han llegado. En su encendido en Sudáfrica, un sensor en la bomba de la gasolina de uno de los motores ha fallado.

Miembros del equipo ya hablan de las próximas semanas. El test se retrasa, el cohete espera en el desierto, pero para verle en acción todavía habrá que esperar.