Carlos Sainz está en el Dakar. Está el padre, compitiendo, y también el hijo, viendo cómo es el rally más duro del mundo. El piloto de Ferrari, visitante, está en 'su primera vez' y lo está disfrutando bastante... a pesar de que cuando vio el Audi parado por un pinchazo entró en "pánico".

""Fue una mezcla de sensaciones. Tuvo que pararse por un pinchazo. Pensé que le estaba dando mala suerte. Entré en pánico viendo que se quedó parado, pensando que todo había terminado ahí", dijo en palabras que recoge el diario 'As'.

Y cuidado porque podría volver y no precisamente para mirar: "Si estoy aquí es porque me gusta. Porque me interesa. No es solo porque mi padre corra aquí".

"Lo sigo desde hace una barbaridad de tiempo. Me apetecía venir, pero siempre me cogía en muy malas fechas. Pero la temporada ha terminado, así que me reservé esta semana para venir", dice.

En ese sentido, vuelve a hablar de su padre: "Fue especial seguirlo desde el helicóptero. En cuanto pudo seguir y apretar al máximo fue increíble por ver cómo logró ese resultado".

"Es un sitio mágico. El ambiente que se vive es competitivo, pero también amigable y aventurero", sentencia.