Surrealista lo que sucedió en la previa del Rally de Croacia del Mundial. O más bien, antes del comienzo de una etapa en el WRC. Todo, por un accidente que sufrieron Sebastien Ogier y Julien Ingrassia, de Toyota, y que terminó con presencia policial en la que el primero salió huyendo.

Sucedió cuando los pilotos llevaban su coche a la línea de salida desde el final de la anterior etapa. En los rallies, son ellos los encargados de hacerlo, y lo hacen por la vía urbana, coincidiendo con otros coches. Con los típicos utilitarios que se ven por las calzadas de cualquier ciudad.

En una de esas, Ogier no se dio cuenta de que otro vehículo estaba a su lado y, al cambiar de carril rumbo a la salida, impactó con otro coche.

El Yaris WRC sufrió daños importantes, y tuvieron que bajar para repararlos antes de poder proseguir con el camino.

Sin embargo, todo no termina ahí, y es que la Policía acudió al lugar para ver qué había sucedido. Después de una discusión entre los afectados, Ogier volvió a subirse al coche como si él no tuviera nada que ver.

Ogier e Ingrassia pudieron competir y terminar los dos tramos del día, pero cedieron el liderato ante Evans y perdieron 2,8 segundos en la general.