Tras dejar Honda y fichar por Gresini para tener en la Ducati una oportunidad de volver a ganar el Mundial de MotoGP, Marc Márquez no solo tenía el reto de salir de su zona de confort, sino también de ganarse a una afición que siempre le ha criticado.

Desde Malasia 2015, donde su rivalidad con Valentino Rossi terminó de estallar antes de que le dejase el título en bandeja a Jorge Lorenzo en Cheste frenando al 'Doctor', la relación del de Cervera con el público italiano ha ido de mal en peor.

Ese mal 'feeling' volvió a quedar patente en el acto de clausura de 2023 que el equipo de Borgo Panigale hizo en el pabellón Arena la Rossa de Bolonia.

En el mismo estuvieron presentes los pilotos de MotoGP, Superbikes y Supersport, que sin Marc Márquez, que no pudo ir por motivos contractuales con Honda, fueron testigos de la pitada al ilerdense.

Cuando el presentador del acto mencionó su nombre para preguntarle a Pecco Bagnaia por él, 8.000 fans de Ducati le brindaron un sonoro abucheo.

El vigente campeón, eso sí, ignoró los pilotos: "Creo que sin duda será un rival más. Será muy rápido, pero ya lo ha sido durante los test. Obviamente, ha sido capaz de buscar el máximo rendimiento, incluso yendo al ataque contra el crono para descubrir por completo la nueva moto. En mi opinión fue muy bueno y muy rápido".

"Pero eso es lo que esperaba de él, también porque salía de una moto difícil y se subía a la mejor que hay. Va a ser una buena pelea, pero no sólo con él, porque no hay que olvidar a Marco Bezzecchi, Enea Bastianini, Jorge Martin, Franco Morbidelli: todos serán rápidos con la Ducati", añadió.

Todo apunta a que Marc Márquez estará arriba en 2024 con la Ducati de Gresini Racing, pero también tiene toda la pinta de que será muy, muy difícil ganarse a la 'parroquia' italiana.