El Dakar más duro para Laia Sanz. El undécimo que termina. Y esta vez mermada en plena recuperación de la enfermedad de 'Lyme', que le ha provocado muchos dolores a lo largo de la carrera.
Confiesa en 'Jugones' cómo vivió ese final, muy emocionada tras terminara la carrera más dura del mundo: "Antes de empezar había muchos momentos que pensaba 'si no estoy para hacer vida normal cómo voy a poder hacer un Dakar' o incluso una etapa".
Mermada por la medicación, también se sobrepuso a la falta de entrenamiento: "En una semana ya con dolor en la mano, en la muñeca...", cuenta la piloto, que confiesa: "A partir del kilómetro 300 ya tenía que bajar mucho el ritmo".
"El coco creo que a veces suple un poco la falta de fuerzas y durante la carrera no tuve dudas de poder acabar. Sabiendo de donde vengo puedo estar muy orgullosa", finaliza la española, que ha vuelto a superar otro increíble reto en su exitosa carrera.