Salía en sexta posición, pero Max Verstappen apenas tuvo oposición en el Gran Premio de Bélgica, la que ha sido su octava victoria consecutiva y décima de la temporada. Y ante la facilidad con la que venció a sus rivales, la dificultad estuvo en las continuas discusiones que protagonizó con su ingeniero de pista Gianpiero Lambiase.

Él es el encargado de hablar durante la carrera con el neerlandés y, en la mayoría de ocasiones, intentar pararle los pies. Al comienzo de la carrera, trató de hacer entrar en razón a Verstappen. "No lo olvides Max, usa la cabeza", le pidió el italiano. "Solo quiero saber si los dos (Pérez también) estamos haciendo lo mismo", respondió el '1' ante la desconfianza de Verstappen para acatar las órdenes. "Sigue mis instrucciones y confía", replicó el ingeniero.

El neerlandés superó a mitad de carrera, nada más cambiar de neumáticos, a Sergio Pérez por la primera posición. Ahí se había terminado el trabajo de Verstappen y debía llegar la tranquilidad para todos, pero la ambición del '1' le llevó un paso más allá.

Empezó a marcar vueltas rápidas de forma consecutiva y la distancia con su compañero de equipo aumentaba drásticamente. Era innecesario arriesgar y Lambiase lo sabía.

El italiano pidió en reiteradas ocasiones a Verstappen cuidar los neumáticos. Hasta que, a diez vueltas del final, Lambiase explotó. "Has degradado mucho el neumático. Te he pedido que usaras la cabeza", le soltó desde el muro.

Y entonces, llegó la última sobrada de Verstappen: "También podríamos empujar un poco más y hacer otra parada. Sería como un entrenamiento". Lambiase, cansado del desacato constante, lo descartó contundentemente: "No, no esta vez".

Ahí pareció terminar de ceder el neerlandés, que acabó llevándose otra victoria bajando un poco el ritmo sin problemas. Eso sí, a Gianpiero Lambiase le dio más de un dolor de cabeza y seguro que cogerá el parón veraniego con muchas ganas después de frenar la última de las sobradas de Max Verstappen esta temporada.