La tensión es Mercedes es total. Otro fin de semana lejos, muy lejos de los mejores. Ni Lewis Hamilton ni George Russell estuvieron en Q3 en la clasificación del GP de Emilia-Romagna. Y al terminar la sesión se produjo una imagen que nunca antes se había visto en Mercedes.

Hamilton, que finalizó decimotercero, acudió al puesto de Toto Wolff, jefe de Mercedes, y comenzó una tensa discusión que fue grabada por los medios de comunicación. La cara del austriaco lo decía todo, gesticulando sin parar y explicándole varios asuntos a Lewis.

El siete veces campeón del mundo fue preguntado por este encontronazo: "Son cosas internas, así que prefiero no compartirlo".

Un día "decepcionante" para él: "No fue una gran sesión, por lo que, como es natural, es decepcionante. Venir con optimismo, saber que todo el mundo está trabajando muy duro en la fábrica y que las cosas no salgan bien, es decepcionante".

"Creo que hoy hemos rendido menos como equipo, hay cosas que deberíamos haber hecho y que no lo hicimos", advirtió un Hamilton que parece muy enfadado con los suyos.