La gesta de Sergio Pérez en Austin fue total. Su tercer puesto podría ser un resultado normal teniendo en cuenta que conduce un Red Bull, pero no fue nada fácil para él al no contar con el sistema de hidratación en toda la carrera.
A pesar de ello, el mexicano pudo seguir adelante y olvidar los problemas de deshidratación que le surgieron sobre todo durante las últimas vueltas. Él mismo lo ha explicado.
"Desde la vuelta 1 no tenía agua, no podía tomar nada y perdí muchas fuerzas al final. Creo que para la mitad de mi segundo stint se comenzó a poner muy difícil físicamente", ha dicho Pérez.
El número 2 de Red Bull terminó tercero con una ventaja de diez segundos sobre Charles Leclerc. Unos puntos fundamentales para su escudería en el mundial de constructores. La diferencia con Mercedes es de 23 puntos.
La competición regresa dentro de dos fines de semana en México, donde el calor volverá a ser protagonista. Un circuito en el que Pérez, que correrá en casa, rezará por tener esta vez sí el sistema de hidratación funcionando.