Negros nubarrones se ciernen sobre Renault. La escudería francesa está en serios problemas debido a las nefastas consecuencias devenidas de la crisis del coronavirus y su futuro en la Fórmula 1 está en jaque.

La marca es dependiente del estado francés ya que este posee el 15% de las acciones de la escudería. Renault pidió al gobierno galo un crédito de 5.000 millones de euros para hacer frente a los efectos de la pandemia, pero el ejecutivo aún no ha movido ficha.

"Renault se juega su supervivencia. Puede desaparecer del mercado, así como los grandes constructores industriales pueden desaparecer; es necesario ser lúcido. El grupo ha pedido al Estado un préstamo garantizado de 5.000 millones de euros. Yo todavía no he firmado ese préstamo", afirmó Bruno Le Maire, ministro de Economía y Finanzas.

De hecho, el dirigente francés ha dado una pista de qué podría hacer Renault para sobrevivir: "La estrategia que nos parece la buena, como Estado accionista, es la de hacer de Renault uno de los constructores más avanzados tecnológicamente del planeta, y que esté en vanguardia en el vehículo eléctrico. Eso supone reorganizar su cadena de producción en Francia y en el mundo para poder ser más eficaz".

De esta manera, el futuro de Renault en el 'Gran Circo' se mantiene con el interrogante, igual que el nombre del piloto que cubrirá el monoplaza que ha dejado vacante Daniel Ricciardo tras fichar por McLaren (en un movimiento que llevó a Carlos Sainz a Ferrari).

Los candidatos potenciales para rodar con la marca del rombo en 2021 son Sebastian Vettel, Fernando Alonso y Valtteri Bottas. Los tres cuentan con sus pros y contras a ojos de los franceses, pero en el caso de que se decidieran por el finés, quedaría un asiento libre junto a Lewis Hamilton en Mercedes.