'Checo' Pérez no levanta cabeza. Tras cinco grandes premios consecutivos sin llegar a la Q3, el Gran Premio de Hungría se presenta como una reválida para el mexicano, aún más teniendo en cuenta que la llegada de Daniel Ricciardo a AlphaTauri pone en duda su continuidad en Red Bull la próxima temporada.
La cúpula del equipo austriaco esperaba que esta medida de presión se tradujese en un aumento del rendimiento del de Jalisco, pero se ha estrenado en Hungaroring con un nuevo fiasco.
Nada más salir a pista en la primera sesión de entrenamientos libres, Pérez se fue contra las protecciones tras poner dos ruedas en la hierba, destrozando toda la parte delantera de su RB19.
Las caras en el garaje de Red Bull eran un poema. El jefe de equipo, Christian Horner, y su asesor, Helmut Marko, no querían ni mirar a las pantallas, y sus miradas perdidas eran la mejor muestra de lo decepcionante que está siendo la temporada de 'Checo'.
Tras la sesión, Horner evaluó el accidente de su piloto. "Es frustrante, Pérez cometió un error al poner las ruedas sobre el césped, esperemos que el daño se contenga solo en la parte delantera del coche", ha dicho el director de Red Bull en declaraciones a 'Sky Sports'.
El accidente tiene especial gravedad teniendo en cuenta que Red Bull estrenaba un nuevo paquete aerodinámico del que solo han podido obtener datos con el coche de Max Verstappen.