Carlos Sainz captó toda la atención de las cámaras del GP de Catar al final de la Q2. El motivo, el coraje y la valentía que demostró el piloto de Ferrari cuando apenas quedaban un par de minutos para saber si estaba o si no estaba entre los diez mejores. Fue difícil, pero quizá merezca la pena en el reparto de puntos el hecho de que tan solo él, junto a Hamilton, Verstappen y Bottas, fuera capaz de poner su coche en Q3 con gomas medias.
Era algo que en Ferrari querían. Que Carlos pudo hacer y que Charles Leclerc no. Es más, el monegasco, maldiciendo y sin entender el motivo, se quedó incluso fuera usando un juego nuevo de neumáticos blandos.
Ni con esas pudo. Ni con esas fue capaz de hacer algo que para Sainz pareció sencillo. En su primer intento, tiempazo con los medios y esa duda razonable de qué hacer y qué no hacer sabiéndose octavo y que el resto usaría blandas en el ultimo intento.
Carlos, coraje Ferrari
Él, valiente, pensó que tenía más. Siguió con las medias. Erró en el primer sector, en una segunda curva en la que se fue algo largo. Recuperó en el segundo, también en el tercero. Pero no, no mejoró. Se quedó octavo. Octavo con otros con Ricciardo, Leclerc, Pérez y Vettel aún por llegar a meta. De todos ellos, tan solo Seb mejoró su registro. El resto, fuera.
Así fue su reacción por la radio cuando en Ferrari le dijeron que estaba dentro. Que, tras el sufrimiento de esos segundos finales ya con la bandera a cuadros en lo alto, no sabía si estaría o si no.
"Ataque al corazón, ataque al corazón", expresó Carlos en la radio del conjunto de Maranello.
Séptimo final... pero con medios
En la Q3, ya con blandas, firmó una séptima plaza y sale por detrás de Fernando Alonso y de Lando Norris. Pero sus gomas pueden marcar la diferencia en una carrera en la que adelantar será muy difícil.
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