Kimi Raikkonen es el último campeón de la Fórmula 1 con Ferrari. Ocurrió allá por el año 2007. Un mundo para la escudería más importante de la competición. Pero esa es su realidad. Lograron aquel campeonato con un piloto mágico... "y una de las personas más extrañas fuera de la pista". Lo ha dicho Beat Zehnder.

El director deportivo de Alfa Romeo ha hablado en 'Motorsport' de cómo era el finlandés en la F1: "Pilotar el coche era un gran placer para él. Todo lo demás era una molestia, si por él fuera, el gran premio sería a 20 veinte metros de su casa para venir al paddock a pie".

"Podría decir que Kimi es una de las personas más extrañas en cuanto a actitud. Si conseguías ganarte su confianza, te aceptaba como amigo, siempre y cuando, por supuesto, no le dieras ninguna razón para cambiar de opinión", ha explicado Beat.

Después de trabajar en el comienzo de la carrera de Kimi, se reencontraron en 2019 en Sauber: "Seguía yendo muy bien en carrera. Kimi ni siquiera necesitaba que le dijeran lo que tenía que cambiar en la puesta a punto, él mismo lo sabía muy bien, ya que dominaba muy bien la técnica".

La clave a la hora de pilotar era su carácter. Curiosamente, cuantos más gritos, mejor iban las cosas. "Cuando gritaba, cuando refunfuñaba o decía palabrotas, sabíamos que todo iba bien y que estaba ocupado, pero si empezaba a hablar con calma, entonces era evidente que algo iba mal y sabía que estaba perdiendo", detalla Zehnder.

Su relación fue mucho más allá de la progesional. Beat y Kimi se hicieron amigos e incluso compartían confidencias cuando trabajaban en equipos distintos: "Yo siempre sabía en qué vuelta tenía que parar en boxes, y él tenía la información sobre nuestros pilotos. No se lo contábamos a nadie...".