Fernando Alonso sólo fue competitivo con los neumáticos duros. Con los blandos sufrió muchísimo y se vio condenado a luchar con Yuki Tsunoda o Zhou. Batallas que no estaba acostumbrado a librar en esta su primer temporada al volante del Aston Martin.

Mejoró con los duros y ascendió a la séptima plaza. Por delante su compañero de equipo, Lance Stroll. Alonso era más rápido, pero no quiso atacarle. Respetó la posición del canadiense hasta el final de la carrera. Tanto que entró saludando en la última curva antes de cruzar la línea de meta.

Su radio lo decía todo: "Decidle a Lance que no se preocupe. Que estoy intentando abrir hueco con los de atrás por si hay lluvia o algo. Cero riesgos". Y así fue. Sexto y séptimo para ambos.

No fue el resultado deseado para los Aston Martin. Por detrás de los sorprendentes Mercedes, por detrás del Ferrari de Carlos Sainz y también por detrás del Red Bull de Checo Pérez.

El equipo verde pierde la segunda posición en el mundial de constructores. Le adelanta Mercedes. Y ahora necesitará mejoras para volver a pelear por podios viendo el ascenso de las flechas de plata en este fin de semana de Montmeló.