Fernando Alonso se siente cómodo en Qatar. Se siente a gusto en Losail. Se siente feliz en el asfalto donde logró un podio en 2021 con Alpine. Porque si en la clasificación 'normal' lo bordó con un cuarto puesto, en la del sprint hizo lo propio parando el crono en un 1:24.959.

Le servía para ser quinto. Quinto en su único intento de Q3. Porque no había neumáticos para más. Porque era al todo o nada. Y, en primera instancia, la jugada le salió a la perfección en una nueva exhibición de magia a bordo del Aston Martin.

De un Aston Martin al que, otra vez, Lance Stroll no pudo meter ni en Q2. Casi un segundo de diferencia hubo entre ambos en una diferencia brutal que hace sonreír a McLaren.

La curva 14...

Más viendo que tienen el primer y el segundo puesto con Piastri y con Norris para el sprint. Más viendo que lo que les pasó a ellos el viernes le ha pasado a Fernando en la 'qualy' para el sprint. Porque esa vuelta, esa milagrosa vuelta que le valió para batir a los dos Ferrari, quedó en nada.

Por los límites de pista. Por salirse en la curva 14. En la posterior tras la revisión de la FIA por el desastre de los Pirelli con los pianos de Losail. Ahí se salió Alonso. Ahí la FIA puso el ojo.

Ahí fue el lugar en el que se quedó la mágica vuelta de Fernando. Una con la que habría sido quinto en Losail y sin la que, gracias a que Esteban Ocon tampoco anotó crono, sale noveno en el sprint.

El coche, rápido

Lo bueno, que parece que el AMR23 corre y es eficiente y eficaz en Qatar. Muy rápido en recta y maniobrable en cada curva. Porque lo del viernes, como se ha demostrado, no fue un espejismo.