Se las prometían muy felices en Ferrari después de la clasificación del GP de Francia. Antes no, pues algo no iba bien, pero después sí. La razón, tener a Carlos Sainz quinto en la parrilla de salida en una pista complicada. Sin embargo, todo fue un espejismo, y la 'Scuderia' queda como el gran suspenso del fin de semana de Fórmula 1.

Se van con un cero, y con la sensación de que algo no va bien en ese coche en cuanto a la larga distancia o a la degradación de los neumáticos. Porque su comienzo de carrera no fue mal, con Sainz manteniendo posición y con Leclerc presionando. Sin embargo, todo se diluyó.

Tras el cambio de neumáticos, con el compuesto duro en ambos monoplazas, Sainz y Leclerc empezaron a ser un par de tortugas rojas que no hacían más que perder tiempo y posiciones en la pista de Francia.

El monegasco fue el primero en parar, y Sainz ya podía olerse la tostada de lo que le iba a pasar. Charles no era rival para absolutamente nadie en pista, y todos le iban pasando como si el Ferrari fuera una valla de publicidad.

A Carlos le pasó tres cuartos de lo mismo. Sus neumáticos estaban K.O., y es cierto que el resto sufrió pero el Ferrari fue el equipo que peor lo pasó, y con diferencia, de toda la parrilla en este respecto.

Al final, sin puntos ni para Leclerc ni para Sainz. Charles salía séptimo y terminó el 16; Carlos arrancó quinto y acabó undécimo tras pasarle Lance Stroll, que empezó 19º.

Ahora, a pensar en Austria y a ver qué ha pasado para que el coche, el Ferrari, se haya desangrado de la forma en la que lo ha hecho en el GP de Francia.

Te puede interesar

Fernando Alonso se va "contento" del GP de Francia: "Salimos novenos y acabamos octavos, la carrera que queríamos"

El "Plan B" de Fernando Alonso en Francia para lograr el mejor resultado posible para Alpine

El error de Valtteri Bottas que le costó la victoria a Hamilton... y quizá su puesto en Mercedes