Qué bonito fue ver en Australiaa Fernando Alonso y a Lewis Hamilton luchando. Haciéndolo de igual a igual, con dos armas similares. Con un coche, el Aston Martin, que ha hecho que el asturiano pase de ser un gatito chiquitín en manos del Mercedes aun tigre con afiladas garrasrebosante de ganas de victoria y de dar batalla. Y sí, justo eso fue lo que hubo en Albert Park.

Fue lo que sucedió. Uno delante del otro. Marcándose los tiempos. Sin cometer ni un solo error. Clavando sectores. No cayendo a mucha distancia, ni dejando a los de detrás acercarse. Un duelo de campeones. De pilotos experimentados.

De dos que se conocen bien y que se tienen ganas. Muchas. Desde ese año en McLaren, en 2007. Dese 2010. Y 2012. En las temporadas en las que estaban en condiciones de ganar. De hacer podios. De luchar por absolutamente todo.

Son compañeros de profesión. Sí, sin duda. Y también son rivales. Se nota. Se mucha mucho esa rivalidad. Una tanto dialéctica como en la pista. En una pista, la de Melbourne, que dejó claro que Hamilton siente auténtico temor de Fernando.

"No puede tener la misma estrategia..."

Alonso, tercero, no dejó de atacar a Hamilton. De ponerle en presión. De estar tras él sin acercarse mucho para no quemar sus neumáticos y sin alejarse demasiado para el zarpazo final. Y claro, eso puso muy nervioso a Hamilton.

"¡Alonso viene muy rápido!", dijo en su primera radio a Mercedes. Tenía razón. En un abrir y cerrar de ojos se puso prácticamente a tiro de DRS. Le obligó a reaccionar.

Pero también le hizo dudar: "No puede ser. No puede ir a la misma estrategia que nosotros".

"No caigamos en la trampa"

Mercedes no se quedó en silencio: "Te avisaremos. Intenta presionarte para que desgastes tus neumáticos... No caigamos en la trampa".

Seguía a su ritmo. Seguía muy, muy cerca. Pero Hamilton no tenía intención de dar su brazo a torcer. "De ninguna manera voy a perder contra Alonso".

Sí, sin duda son rivales. Y tener a Fernando fuerte bien puede hacer que Hamilton saque su mejor versión. Porque a Lewis no le gusta perder, y le gusta todavía menos hacerlo ante Alonso.