Las estadísticas ayudan a comprender lo que ocurre en el deporte. Es verdad que el piloto que tiene la vuelta rápida no tiene por qué ser el que se acabe llevando la carrera, por ejemplo. Pero si un hecho se repite en el tiempo de manera continuada, la lógica invita a pensar que este hecho se seguirá produciendo.

Eso le pasa a Sebastian Vettel con su inicio de Mundial en 2018, dos victorias de dos posibles, algo que han logrado muchos pilotos en los últimos años. La cuestión es que todos ellos, al final de la temporada, se han acabado llevando el título de campeón, una 'tradición' que se cumple desde hace 36 años.

1982 fue el último Mundial de Fórmula 1 que no se llevó el piloto que ganó las dos primeras carreras. Se trata de Alain Prost, que no se llevó el título ese año, sino que lo hizo Keke Rosberg con su Williams.

Desde entonces, todo piloto que ha ganado las dos primeras pruebas del Mundial se ha acabado llevando el título. Lo han hecho desde Senna, pasando por Schumacher o Button, acabando por Rosberg en 2016.

Ahora mismo, son 17 puntos los que separan a Vettel de Hamilton. ¿Conseguirá el británico remontar la diferencia con el alemán? ¿Se volverá a quedar corto como ya le pasara con Rosberg? La temporada acaba de empezar, pero los números están con Vettel.