El 9 de octubre de 2022, en la clasificación del Gran Premio de Australia, el Alpine de Fernando Alonso sufrió una avería en el sistema hidráulico que hizo que el asturiano se estrellase contra las protecciones en plena vuelta rápida. Alonso se bajó del coche con evidentes signos de dolor, aunque pudo participar en la carrera del día siguiente.

Once meses después, el ovetense ha desvelado que el impacto le causó fracturas en varios dedos de la mano y que no pudo recuperarse hasta el parón veraniego. Alonso corrió 11 grandes premios asumiendo el riesgo de que cualquier accidente provocase una lesión de mayor gravedad.

Al ser preguntado en Bahrein por la lesión que arrastra Lance Stroll, Alonso desveló sus problemas físicos: "El año pasado me rompí algunos huesos de la mano, así que hasta agosto no estuve totalmente recuperado. Tenía algo de dolor, pero nos encanta conducir".

Su mala relación con Alpine

La lesión se produjo en plenas negociaciones para la renovación de su contrato. Las exigencias de Alonso de firmar por dos temporadas chocaban con las pretensiones de Otmar Szafnauer, director deportivo de Alpine, que solo le ofrecía un año de ampliación, lo cual generó una gran tensión entre equipo y piloto, y una baja habría complicado aún más la situación.

Oscar Piastri estaba al acecho

El principal motivo por el que Alpine solo ofrecía un año a Alonso era la presencia de Oscar Piastri en la academia jóvenes pilotos del equipo. El australiano, que entonces era la apuesta de futuro de los franceses, hubiese reemplazado a Alonso, y en el caso de que hubiese rendido a un buen nivel, Szafnauer habría tenido un motivo de peso para prescindir de Alonso.

La edad jugaba en su contra

Nunca es fácil adaptarse a la exigencia de la Fórmula 1 cuando un piloto sale del 'gran circo', y aún menos si sucede a las puertas de los 41 años. Alonso no podía permitirse perder el ritmo de competición cuando se encontraba en un buen momento de forma y optó por seguir compitiendo a pesar del dolor.