Con Dan Fallows (ex de Red Bull), Eric Blandin (ex de Mercedes), unainversión titánica y el fichaje estelar de Fernando Alonso procedente de Alpine tras confirmarse la retirada de Sebastian Vettel, Aston Martin confía en dar un golpe sobre la mesa en el Mundial de Fórmula 1 de cara a 2023.

La escudería británica quiere ejecutar una "estrategia agresiva"en un monoplaza que será "completamente distinto" al de 2022 con el objetivo de esquivar el hándicap que les ha lastrado esta pasada temporada: la velocidad a una vuelta.

A pesar de contar con una excelente gestión de neumáticos, las gomas no se calientan lo suficiente a un giro, lo que ha conllevado decenas de quebraderos de cabeza en clasificación este año.

En contraposición, motor, caja de cambios y suspensión trasera forman una simbiosis perfecta que dotan al Aston Martin de una tracción y una potencia de salida de curvas dignas de la zona alta.

Además, al contrario de Alpine, la fiabilidad es marca de la casa en el equipo británico, cuyos pilotos solo han requerido tres unidades de potencia en 2022 y no han sido sancionados por ello.

En declaraciones recogidas por 'As', Tom McCullough, ingeniero jefe de Aston Martin, ha analizado el problema: "Es una pregunta que nos hacemos muchas veces. Sufrimos mucho a una vuelta, pero lo hemos hecho bastante bien al gestionar los neumáticos en las carreras".

"Hacemos mucho análisis sobre nuestros límites de tren trasero o potencia. Para comprender las curvas de baja y media velocidad y saber cuáles son nuestras debilidades de cara a las 23 o 24 carreras del año que viene", ha añadido.

Eso sí, a la par que llevarán a cabo una "estrategia agresiva", quieren ejecutar un plan sin fisuras: "No tenemos el coche más rápido en las rectas y nos falta en algunas áreas también. Queremos un coche completo".