A pesar de salir desde el fondo de la parrilla con un motor nuevo que retrotraía el pensamiento a los recientes problemas de fiabilidad del Alpine A522, Fernando Alonso tenía clara una premisa básica en Fórmula 1: los puntos se reparten el domingo.

En el circuito de Montmeló, uno de los más complicados del calendario para adelantar, el bicampeón del mundo de F1 salió como una fecha desde la 20ª posición.

En apenas unos giros, por pura potencia y gracias también al choque entre Lewis Hamilton y Kevin Magnussen, el asturiano se aupó seis posiciones hasta ponerse a rebujo del Aston Martin de Sebastian Vettel.

Dos campeones de Fórmula 1, dos pilotos que han marcado una era en el 'Gran Circo', frente a frente. Bueno, rueda a rueda. Y ahí el ovetense es infalible.

En las curvas previas a la recta principal, Alonso fue cocinando a fuego lento el adelantamiento para abrir DRS estando pegado al alerón trasero del teutón.

Llegando a la frontera con la salida del pit-stop, pasado el ecuador de la recta, Fernando lanzó el amago de ataque por el exterior para irse por el interior, pero 'Seb' también es perro viejo.

El tetracampeón cerró la puerta a 'Magic', que agitó su varita para escaparse al filo de la hierba y sobrepasar al de Aston Martin para ponerse en 13º posición en solo siete giros.

Al final, y pese a una nueva lamentable parada en boxes, el asturiano terminó noveno y, tras cinco carreras, de nuevo en puntos.