A pesar de haber logrado la pole, Max Verstappen está sufriendo en Spa-Francrchamps como no lo ha hecho en todo el año. A la sanción de cinco puestos en la parrilla de salida, hay que sumarle los innumerables problemas que ha tenido en la clasificaciónmás difícil de la temporada.

La Q2 empezó con la pista empapada, aunque el sol salió y no tardó en ir secando el asfalto. Los pilotos, que habían hecho su primer intento con neumáticos intermedios, pasaron por boxes para poner ruedas de seco para los últimos minutos, dando lugar al caos.

El piloto de Red Bull fue el primero en empezar su última vuelta, por lo que tuvo una gran desventaja respecto a sus rivales. La mayoría de los pilotos que hicieron su intento definitivo por detrás del bicampeón del mundo empezaron a superarle, por lo que empezó a perder posiciones, hasta quedarse en la décima, la última que daba el pase a la Q3.

Al darse cuenta del riesgo que había asumido Red Bull, el neerlandés estalló por la radio. "¡Deberíamos haber empujado dos vueltas seguidas, como te he dicho!", dijo Verstappen, a lo que su ingeniero, Giampiero Lambiase contestó quitando hierro: "Es suficiente, Max".

Sin embargo, el enfado de Max no cesó. "¡Me da igual, estoy décimo, es una mier** de ejecución!", gritó.

Su ingeniero intentó calmar los ánimos de Verstappen asegurándole que tomaron la única opción posible. "La pista era dos segundos más rápida y no tenías energía. ¿Cómo crees que nos habría ido? De todas formas, dime qué quieres hacer en la Q3 y lo haremos. Neumáticos, combustible, estrategia...", dijo Lambiese irónicamente.