Mick Schumacher ya sabe dos cosas: la primera, que será piloto de Haas en el que será su debut en la F1; la segunda, que llega a la competición que su padre Michael ganó siete veces como campeón de la Fórmula 2. El hijo del Kaiser se ha coronado en Sakhir y llegará al Gran Circo siendo el actual ganador de F2.

Ha sufrido, y mucho, para lograr un título que dejó prácticamente encarrilado tras la carrera del sábado tras un año excelso por su parte. En la salida hizo lo que mejor sabe, y se aupó hasta la segunda plaza para perderla en la cuarta curva en detrimento de Jehan Daruvala.

Por detrás, su gran rival Callum Ilott se peleaba con Robert Shwartzman para perder por ello un tiempo considerable. Todo parecía salirle bien a Schumacher, pero se ve que los nervios han podido jugarle una mala pasada.

Varios bloqueos de neumáticos en las frenadas le hicieron pasar por boxes al estar ya totalmente destrozados. Eso, unido a que Illot ya iba tercero, ha hecho que el hijo del Kaiser se temiera lo peor.

Sin embargo, Illot empezó a sufrir con sus gomas y comenzó a perder ritmo y posiciones. Tal ha sido el caso que ni ha puntuado y de hecho casi se queda hasta sin ser segundo en el campeonato.

La victoria ha sido para Daruvala, con un Tsunoda que ha terminado segundo tras adelantar a Ticktum en la última vuelta.

Schumacher llega a la F1 a lo campeón

Pero el gran campeón es Mick Schumacher. El hijo del heptacampeón del mundo de la F1 aterrizará en dicha competición con el título de F2 bajo el brazo, y eso siempre da mayor confianza en el curso de debut.

Un par de puntitos sumó el alemán para terminar el curso con 215, 14 más que un Illot al que los neumáticos le hicieron despertarse de un sueño que por un tiempo pudo ser real.

Junto a él, en Haas, otro debutante como Nikita Mazepin (quinto en la F2), que tendrá que cuidar esas agresivas maniobras que hicieron estallar a las redes sociales en la prueba del sábado.

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