No han pasado ni dos carreras desde que comenzó el Mundial. Porque tan solo ha hecho falta una, una y media si contamos los Libres de Arabia Saudí, para que haya alguno que ya esté tirando la toalla. Para que alguno se descarte de cualquier posible pelea que pueda haber y que ya mira con resignación tanto al presente como al futuro más cercano. Sí, ese equipo es Mercedes.

Porque los alemanes ya ni se tienen en cuenta para lo que está por venir. Porque hasta sus pilotos saben que las cosas van a estar más que complicadas. Porque ya no es solo Red Bull.Ya no es solo Ferrari.Ya es Red Bull, Ferrari... y Aston Martin.

Ya es también un equipo que hasta 'ayer', como aquel que dice, estaba en el piso de abajo del edificio. Un equipo que a día de hoy está ya en el de arriba. Lo dicen los números. Lo dicen los resultados.Lo dice hasta el propio jefe de Mercedes.

Y no es solo que lo diga, sino que además ve imposible poder ganarles. "Esa es la realidad", dice Toto Wolff.

"En este deporte no hay milagros"

Después de Bahrein, las cosas siguen pintando mal en Arabia Saudí: "En este deporte no hay milagros... pero espero que podamos hacerlo mejor que en Sakhir".

"Ahora hay que encontrar rendimiento para nosotros mismos, pero no creo que podamos derrotar a los equipos que tenemos delante. Toca poner el coche al máximo y luego a ver qué pasa...", afirma el jefe de Mercedes.

Aston Martin ha creado un 'monstruo'

Sí, va a ser que los alemanes ya notan también el 'efecto Aston Martin'. El 'efecto Fernando Alonso'. El efecto de un coche creado por Dan Fallows, ex de Red Bull, que en Arabia Saudí está mostrando unas virtudes que le hacen imparable en curva.

Nadie se lo imaginaba. Nadie lo habría dicho hace un mes. Pero es justo lo que está pasando. La 'revolución verde' ha puesto patas arriba la F1... y se puede llevar incluso por delante el hasta ahora bien avenido matrimonio entre Lewis Hamilton y Mercedes.