La guerra interna que se está viviendo este 2024 en Red Bull está copando más portadas y titulares que la información estrictamente deportiva de la escudería británica.

Al parecer, existen dos bandos claramente enfrentados. Por un lado, el 'clan Verstappen' encabezado por Jos y Helmut Marko; por el otro, Christian Horner.

Una denuncia por presunto "comportamiento inadecuado" del jefe del equipo, una resolución que le absolvía, un aparente 'lío de faldas' que atañe a Jos y Horner... la situación en el seno de la escudería parece insostenible.

El padre del vigente campeón cargó duramente contra el 'team principal' y pidió públicamente su destitución, mientras que su hijo, tras ganar en Bahréin, celebró la victoria abrazando al británico.

Por el momento, Max no se ha posicionado ni de un lado ni de otro, aunque todo apunta a que será 'leal' a su progenitor, algo que le puede acarrear problemas.

Nadie sabe si al neerlandés se le ha pasado por la cabeza pedirle a su padre que dé un paso al lado para que pueda seguir con su hegemonía en el equipo campeón, pero desde luego tiene un claro ejemplo en la parrilla.

En 2010, tras coronarse campeón del mundo con McLaren en 2008, Lewis Hamilton anunció que su padre, Anthony, dejaría de ejercer como su agente.

"En la pista, hacía cosas de negocios, no de padre", explicó el ahora heptacampeón del mundo, cuyo padre pasó al ostracismo a la vez que la carrera del británico crecía exponencialmente,

Su progenitor afirmó años después que "fue difícil, no nos comunicamos nada ese año ni el siguiente. Fue mucho tiempo".

"No fue una decisión mutua y eso me rompió el corazón. Desde que empezó a los 8 años, teníamos una relación de padre e hijo de 'ten cuidado, te quiero, haz lo mejor que puedas' y le estrechaba la mano cada vez que había una carrera, pero en 2010 todo eso terminó", señaló.