Que qué hacía. Que cómo cambiaba Alpine por Aston Martin. Que por qué dejaba el cuarto equipo, con capacidad para ser tercero en un futuro próximo, por uno que en verano era noveno tan solo superando a Williams. Sí, eso se preguntaron muchos sobre el movimiento de Fernando Alonso. Sobre uno de los cambios más arriesgados en la historia del Mundial. Pero lo hizo porque sabía cosas.Lo hizo por algo. Lo hizo por carreras como la de Bahrein. Por su podio en Bahrein.

Porque en la primera carrera visitendo el verde, el bicampeón del mundoha vuelto a un cajón. Ha regresado a donde están los mejores. A donde llegan tan solo los más rápidos del fin de semana de Fórmula 1. Sí, ahí ha llegado. Poco más de un año después del de Qatar, Alonso está de nuevo en el lugar que le corresponde.

Todo gracias a una carrera, a un carrerón, sencillamente espectacular. Arrancando quinto, sobreponiéndose a un toque de Strollen un movimiento en el que Lance se pasó por completo de frenada y viendo cómo las cosas se torcían al comienzo. Pero esto dura 57 vueltas.

Aston Martin ha creado un monstruo

Conforme giraban y giraban en el asfalto de Sakhir quedaba más que claro que el Aston Martin funciona. "Es un coche maravilloso para conducir", llegó a decir. Lo dijo cuando no era séptimo. Lo dijo cuando ya era tercero. Y fue posible por un monoplaza que tiene enamorado al bicampeón... y a otros muchos también.

Su degradación de neumáticos era prácticamente cero. Acercándose a Russell. Poniéndose a tiro de DRS... y sí, sobrepasando a George. Pasando a Mercedes en una de esas acciones extraordinarias dignas de uno de los mejores pilotos del Mundial de Fórmula 1.

Pero lo que le hizo a Hamilton está en otro nivel. Lewis no daba crédito a buen seguro con una de las pasadas del campeonato. Acaba de empezar, pero su maniobra fue excelsa. Se mostró por un lado, se mostró por el otro... y donde parecía imposible le metió el coche y le superó.

Sainz vs Alonso... y Fernando al podio

En Ferrari ya tan solo quedaba Sainz. Y a él también, para llegar al podio. Leclerc dijo adiós, y llegó el momento del duelo español. Casi se tocaron, pero el madrileño apenas tenía neumáticos. "Si empujo a lo mejor no llegó al final", dijo por radio a la 'Scuderia'. Le superó, y en cuanto lo hizo se notó que tenía un ritmo brutal.

Se escapó del coche rojo. También del Mercedes de Hamilton. Lewis, incapaz de superar a Sainz en pista. Mientras, Alonso veía cada vez más cerca su podio número 99 de su carrera deportiva.

Múltiplo de 33, casualidades de la vida. Sí, ahora toca seguir soñando en grande... y lo próximo es una nueva victoria. Una que se resiste desde 2013.