Talentoso sobre el monoplaza y polémico fuera de él a partes iguales, Lewis Hamilton se encuentra envuelto a una última polémica... y sorprendentemente Max Verstappen y Red Bull no están inmersos en ella.
El problema radica en su perro, Roscoe, un bulldog inglés que en julio de 2020 comenzó una dieta vegana de la mano del británico. "Su piel es mucho mas suave, sus patas hinchadas han sanado, no padece el dolor de la artritis y su respiración ha mejorado. Yo estoy super feliz con los resultados y él también", explicó entonces Hamilton.
Pues bien, ahora, la asociación 'The Blue Cross' ha asegurado que el piloto de Mercedes podría estar violando la Ley de Bienestar Animal vigente en Gran Bretaña desde 2006.
La misma asegura que los animales deben recibir una "dieta adecuada", por lo que la ausencia de la carne en la rutina alimenticia del perro podría suponer un problema legal para Lewis.
"Si su sistema de creencias personal significa que no quiere comer ninguna proteína animal, está bien, pero esa dieta no está diseñada para cumplir con los estándares de bienestar de su mascota", ha asegurado Daniella Dos Santos, presidenta de la Asociación Veterinaria Británica.
Podría darse el caso de que el bulldog inglés pueda alimentarse a base de frutas, verduras y legumbres, pero necesitaría previamente el visto bueno de un nutricionista especializado en animales.
"Es mucho más fácil equivocarse que hacerlo bien. Tendría que hacerlo bajo la supervisión de un nutricionista capacitado en veterinaria", añade Dos Santos.
En caso de estar infringiendo la ley y de sentarse en el banquillo, Hamilton se enfrentaría a una multa de 20 mil libras esterlinas o a una pena de prisión que podría llegar hasta las 51 semanas de cárcel. De hecho, el '44' podría llegar a perder a su mascota por alterar su dieta.