"El coche del año pasado no se comportaba como un coche de carreras". Estas palabras de Lewis Hamilton sobre el Mercedes W13 del año pasado no habrán sentado demasiado bien en la escudería, su escudería. Al británico todavía le resta un año de contrato.

Desde el curso pasado no acostumbra a callarse las cosas Hamilton. Eso le provocó varios enfrentamientos directos con el equipo y concretamente con su jefe, Toto Wolff. Y ahora ha vuelto a ser muy duro con las flechas de plata.

"El coche del año pasado no se comportaba como un coche de carreras y eso te hace perder la confianza. Creemos que esos problemas han sido resueltos, aunque cuando subamos al coche sabremos exactamente cuánto se ha resuelto", ha expresado el siete veces campeón de la Fórmula 1.

El Mercedes no se parece casi en nada a los otros monoplazas de la parrilla. Algo que a Hamilton no le preocupa: "Nunca hemos sido un equipo que copie a otra gente. Tenemos una mente abierta y somos creativos e innovadores. Nos gusta hacerlo a nuestra manera y nos ha funcionado en el pasado".

"Yo confío en los ingenieros, nos quedamos con esto. Y si no, encontraremos la manera. El trabajo de los ingenieros es encontrar soluciones, nos preparamos para todo. No hay una bola de cristal, pero sí podemos prepararnos para resolver cualquier tipo de problema", ha completado Hamilton.

A pesar de todo, su confianza en los de Wolff es total: "Esta es mi familia, no hemos perdido la habilidad de ganar títulos. La fábrica no deja de crecer. Cuando voy a la oficina, once años después, todos están emocionados por trabajar aquí".