Romain Grosjean está en el hospital haciéndose unas pruebas tras sufrir un accidente que enmudeció a la Fórmula 1. El galo, en el GP de Baréin, perdió el control de su monoplaza y terminó estrellándose contra los muros... y acto seguido su coche empezó a arder.

Gracias al halo, el francés siguió plenamente consciente y pudo salir del vehículo mientras una gran llama iluminaba la noche en Sakhir. "Solo tiene quemaduras en los tobillos y en las muñecas", confirmó Haas.

Se vivieron, eso sí, momentos de auténtica tensión en el paddock, recordando ese trágico accidente en el GP de Japón en el que Jules Bianchi terminó por perder la vida.

Lógicamente, la carrera se detuvo durante más de una hora, momento en que Lewis Hamilton aprovechó para mandar un mensaje claro tanto para el resto de pilotos como para los aficionados.

"El riesgo que corremos no es ninguna broma para los que olvidáis que por este deporte arriesgamos nuestras vidas. Es un recordatorio para todos nosotros. Agradezco a la FIA los enormes avances realizados en materia de seguridad", afirmó.

No es para menos, pues las imágenes del accidente son sencillamente terroríficas. Cómo pierde el control del coche, cómo termina impactando con el muro, el Haas en llamas, partido por la mitad... y una parrilla de F1 que miraba con preocupación lo sucedido a su compañero.

Por suerte, en Baréin de nuevo se vivió un auténtico milagro, porque a pesar de que se están realizando pruebas para ver si Grosjean tiene alguna costilla rota, la noche de Sakhir podría haberse teñido de luto.

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