Fernando Alonso terminó más que cabreado el GP de México. O, más bien, 'terminó'. El motivo de las comillas, que el asturiano volvió a no poder cruzar la bandera a cuadros por el enésimo problema de fiabilidad en su Alpine. El bicampeón, al bajarse del coche, no podía estar más harto de que siempre le toque todo a él.
Comparó la situación con cuando estaba en Honda, con la salvedad de que, como él dijo, en McLaren se paraban los dos coches y en la marca francesa solo se para el suyo. Ahora ha sido Jenson Button, su compañero de fatigas en la escudería de Woking, quien le ha echado un capote.
Y quien ha cargado contra Alpine, porque el inglés, campeón del mundo con Brawn GP en 2009, no puede lamentar más ver a Alonso bajarse del coche por problemas ajenos a él.
"Es duro ver a Fernando así. Ver a un piloto de este calibre con todos estos problemas cuando, con 41 años, está aún en su mejor momento", relató en palabras a 'Sky Sports F1'.
Y sigue: "Es algo complicado lo que pasó en México. Alonso parecía positivo por la radio cuando se acercaba su parada".
"Le dijeron que el duro funcionaba, y Fernando parecía realmente preparado para el desafío", cuenta Button.
Pero entonces su motor dijo basta: "Es increíble lo rápido que puedes pasar de tener una gran carrera a un desastre. Problema de unidad de potencia, le adelantaron un par de pilotos... y uno fue su compañero de equipo".
"Fue duro, pero Fernando parecía tranquilo por radio en comparación con otras ocasiones. Luego se dejó llevar al salir del coche", expuso Jenson.
Ahora toca Aston Martin: "Espera encontrar un paquete más fiable, estoy seguro. Luego podrá esparcir un poco de 'polvos mágicos'. Seguro lo hará".