Ha llegado el momento. La hora de la verdad para Aston Martin. En el Gran Premio de Emilia Romagna se pondrán encima de la mesa las mejoras para Fernando Alonso y Lance Stroll. Y el equipo tiene la presión de reengancharse a los mejores equipos de la Fórmula 1.

Desde el principio de la temporada se ha repetido ese "desarrollo agresivo" y se marcó Ímola en el calendario. También Alonso. Ir de menos a más y conseguir algún podio tal y como ocurrió el curso pasado: hasta ocho consiguió el piloto asturiano en 2023. Las mejoras serán numerosas: nuevo suelo, suspensión trasera y pontones.

Así habla Mike Krack de esas mejoras: "Traemos una actualización a Ímola como parte de nuestro programa continuo de desarrollo durante la temporada. Esto debería abordar varias áreas de mejora que hemos identificado, pero todo es relativo: nadie se queda quieto en la F1 y nuestros competidores también traerán nuevas piezas".

"Todo lo que podemos hacer es enfocarnos en nosotros mismos y seguir acortando la distancia con respecto a los primeros. Todos en el equipo están esforzándose mucho, y la actualización de este fin de semana es solo otro ejemplo del esfuerzo incansable y la dedicación de todos", sostiene el jefe de la escudería que dirige el empresario Lawrence Stroll.

Eso sí, a pesar de estas mejoras en Aston Martin quieren mantener los pies en el suelo. El objetivo de la carrera del domingo es "conseguir puntos": "Conseguir puntos siempre es nuestro primer objetivo en cada fin de semana de Gran Premio y en Ímola no será diferente".

"Tenemos un buen ritmo en la clasificación, por lo que nuestro primer trabajo es asegurar que eso continúe y luego trabajaremos duro para convertirlo en un buen resultado en la carrera", apunta el jefe de Aston Martin.

Se esperaban estos resultados en las primeras carreras. Esa es la realidad del equipo de Alonso. "En cuanto al rendimiento, estamos donde esperábamos estar. Hemos reducido la brecha con los líderes, pero es extremadamente competitivo y el grupo está muy apretado...", sentencia Krack.