Max Verstappen arrebató a Fernando Alonso la pole en el Gran Premio de Mónaco con una última vuelta al límite, tanto que acabó tocando muro y dejando sus ruedas llenas de marcas de los toques por las calles de Mónaco.
El piloto neerlandés hizo un último intento para mejorar su tiempo y conseguir la pole que en ese momento pertenecía a Alonso. Los dos primeros sectores del actual campeón del mundo no fueron buenos, llegando a perder dos décimas con la referencia del de Aston Martin. Por ello, tuvo que arriesgar en el último sector.
Ahí, Verstappen tocó los muros del circuito del Principado hasta en cuatro ocasiones. Primero lo hizo a la entrada de la zona de la piscina. También a la salida, pero el momento más impresionante llegó en la última curva.
Con la pole en juego, salió de la última curva tocando muro y, en plena aceleración, volvió a tocarlo en la recta recortando así el máximo número de metros para ganar tiempo.
Y vaya que si lo hizo. Tres décimas ganó en esa última curva, lo que le supuso la pole por tan sólo 84 milésimas. Y claro, con los golpes que recibieron las ruedas, las marcas de la vuelta de Verstappen eran notables.
"Sabía que tenía que arriesgar todo. No iba como debía a mitad de vuelta y he arriesgado más", explicó tras la clasificación. Y viendo las heridas de sus neumáticos, hay que dar fe que así fue.