Fernando Alonso ya está dando el callo en la fábrica de Aston Martin. En enero, en invierno. En cuanto se han acabado las navidades. El asturiano está a tope preparando junto al equipo una temporada clave en la que la 33 es un objetivo y en la que es imperativo dar un paso al frente.

Porque una cosa es llegar y otra muy diferente es mantenerse. Porque ya están aquí, tras un milagro que se produjo y se vivió en el pasado invierno que hizo que el equipo que tenía problemas para llegar a Q2 se viese en el podio en Bahrein. En la primera carrera del año. Y después, otros siete más.

El último, después de un enorme bajón que lejos de hacer mella en la marca provocó que se unieran más y que volvieran más fuerte. El podio de Brasil es buena muestra de ello, y el ver a Fernando Alonso acabar cuarto, con su mejor resultado en un Mundial desde 2013, es otra.

Ahora toca 2024. Toca un curso en el que el 'casi' de Mónaco ha de ser una realidad. En el que no están permitidos los bajones de verano. En el que la consistencia y el aprender de los errores será fundamental.

Es, además, el primer año en el que Aston Martin cuenta al cien por cien, con un diseño realizado al completo por ellos, con esos grandes nombres que llegaron de Red Bull y de Mercedes. Es, por tanto, un año clave.

Y Alonso lo sabe. El equipo, lo mismo. La escudería de Silverstone, en redes sociales, ha dejado clara la enorme implicación del asturiano en una publicación en la que se le puede ver colaborando en el diseño y 'nacimiento' del nuevo AMR24.

Un coche en el que hay puestas muchas esperanzas. En el que Fernando confía. En el que hay mucha inversión. Ahora toca que lleguen los resultados. Ahora toca volver a soñar de nuevo. Ahora toca que esos sueños se conviertan en realidad.